Cuando miro hacia atrás, me parece que todo fue sucediendo así para llevarme hasta donde estoy ahora. 

En el negocio familiar, cambiábamos de programa informático cada pocos años. Usábamos la técnica que seguramente ya conozcas: prueba y error, prueba y error. Pasamos por varios, pero ninguno cumplía con nuestras expectativas ni satisfacía nuestras necesidades. Después de varios, incluso llegamos a probar Filemaker Pro, con el que podías crear tu programa informático de cero, y a tu gusto. Un trabajazo, como podrás imaginarte. Al final, requería tanto trabajo crearlo de cero, y teníamos que llevar a cabo el trabajo de cada día, que volvimos a cambiar. Y todas esas horas de pruebas, cambios, y de no tener nunca un programa que funcionase al 100%, bien podríamos haberlas aprovechado en temas más útiles (por ejemplo, se me ocurre… en email marketing) ;). 

Después de varios intentos, y después de Filemaker Pro, decidimos no complicarnos y buscar un programa diseñado para nuestro tipo de negocio. Y ahí fue donde, pasado el tiempo de aprendizaje necesario, y acostumbrarnos al programa, comenzamos a ganar tiempo en la gestión de la empresa, y a dejar de perderlo con preocupaciones que deberíamos habernos ahorrado. 

Y más o menos lo mismo me pasó con mi idea de negocio anterior a mi proyecto actual. Quise hacerlo todo yo, incluso la web, con Prestahop… una locura. Al final el tema técnico me consumió, me vino grande, y no seguí con el proyecto. Pero me sirvió para llegar hasta donde estoy hoy, porque descubrí la importancia del tema técnico en los negocios -bueno, en mi cabeza algo hizo “clic”-, y decidí especializarme y formarme para poder cubrir necesidades tecnológicas y de digitalización de negocios.